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Pulido de una joya

Hoy me apetece hablaros de cómo terminamos las piezas en joyería. El proceso de pulido es quizás uno de los más vistosos, ya que pasas de tener una pieza apagada y sin brillo, a una joya en toda regla con su viveza y su brillo característicos.

En el proceso de fabricación de una pieza todas las fases son importantes.

El pulido es el acabado que va definir el aspecto de esa pieza. Así que antes de ponernos manos a la obra con el pulido es muy importante dejar la pieza preparada para esta fase.

La pieza a pulir no debe tener rayones que estropeen la superficie final, por lo que primero, es conveniente hacer un trabajo de lijado.

Para lijar se utilizan varios tipos de lija, de grano más grueso, hasta el más fino posible, para que la superficie que lo más lisa y sin rayas posible.

Cuando la pieza esté bien lijada, se procede al pulido.

Para pulir se utiliza una máquina pulidora. La pulidora se compone principalmente de un motor y dos soportes cónicos uno a cada lado.

El motor se debe revolucionar en torno a las 3000 vueltas por minuto para que el pulido sea adecuado. Y en los dos soportes cónicos se acoplan los componentes de pulido. El proceso consta de los siguientes pasos.

Lo primero que hay que realizar, es un proceso de desbaste con una pasta basta. Dicha pasta suele ser de color marrón y nos ayuda a terminar de quitar las rayas que se hayan quedado a pesar del lijado.

Para esta primera fase de pulido, se utiliza un cepillo circular de cerdas de plástico. El diámetro del cepillo variará dependiendo del tamaño de la pieza.

El abrillantado se realiza con una pasta menos abrasiva de color blanco o verde.

pastas para pulir joyas
pastas para pulir

Esta le dará un primer brillo a la pieza antes de acometer la siguiente fase. Si la pieza tiene una considerable superficie plana, es muy recomendable utilizar un disco de fieltro.

En el disco de fieltro, se puede aplicar una pasta verde muy adecuada que proporcionará junto al disco, un acabado muy brillante.

cepillos y discos de pulidora
cepillos y discos para pulir joyas

La fase final del pulido se debe realizar con un disco muy suave de algodón. La pasta debe ser de pulir roja. Esta última parte del pulido es la que debe dejar el brillo final, el paso definitivo antes de acabar la pieza.

Finalmente, se limpian los restos de pastas de pulir que puedan quedar en la pieza y se deja secar preferiblemente en serrín de maíz para eliminar cualquier resquicio de humedad.

La pieza estará acabada y el aspecto que quedará será el ideal con un brillo espejo precioso y lista para lucir

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